La red de Ciudades Teresianas Huellas de Teresa ha puesto en marcha en Ávila un programa de difusión de los museos teresianos a través de piezas únicas conservadas en los conventos y que habitualmente se encuentran en clausura. La primera de ellas, el crucifijo original que acompañó en su muerte a Santa Teresa de Jesús.
El coordinador de la red y concejal de Turismo, Deportes y Fiestas del Ayuntamiento de Ávila, Carlos López, junto con Israel Muñoz, secretario de la red, ha presentado hoy en el museo del convento de San José , primera fundación de santa Teresa de Jesús, el programa ‘Piezas destacadas de los museos teresianos’, que comienza en Ávila de forma piloto con el objetivo de extenderse a los museos teresianos de los enclaves que forman la red Huellas de Teresa.
En la última asamblea de la asociación, se acordó poner en marcha un programa de apoyo a los museos teresianos existentes en España con el fin de darlos a conocer y, de esta forma, cumplir uno de los objetivos de la red, que es dar a conocer el legado de Teresa de Jesús.
Nace así un programa que comienza, con la colaboración de las carmelitas descalzas de San José, con la exposición de una pieza emblemática que habitualmente se encuentra en clausura, como es el crucifijo original que acompañó a Santa Teresa en su muerte.
Durante un mes, se expondrá en el museo del convento esta pieza, enmarcada en la celda que se reproduce en la entrada del museo. Junto a ella, se ha instalado un panel explicativo que informa de su singularidad y significado.
A esta primera pieza, le seguirán otras que, en los próximos meses, se irán anunciando de forma individualizada e irán acompañadas de visitas guiadas o charlas, en función de la pieza. Esta misma dinámica se irá extendiendo por otros museos teresianos distribuidos en las ciudades que forman parte de la red, así como por otras que disponen de un importante patrimonio relacionado con Santa Teresa y san Juan de la Cruz.
Crucifijo de Santa Teresa
Para iniciar este programa, la red Huellas de Teresa ha elegido una pieza muy significativa, como es el crucifijo con el que murió Santa Teresa.
Se trata de una pieza artística del siglo XVI, de factura anónima, que habitualmente se custodia dentro de la clausura del monasterio, en la celda original que ocupó Teresa de Jesús durante su estancia en el convento y de donde sale ahora para darla a conocer.
Esta primera pieza tiene una importante dimensión emocional. El crucifijo fue llevado al convento de Ávila por la secretaria de la santa, Ana de Jesús, que recientemente ha sido declarada beata y fue una de las encargadas de expandir la orden reformada por Europa.
También se ha elegido esta reliquia coincidiendo con el mes de noviembre, en el que habitualmente se tiene un recuerdo especial hacia los difuntos, pues, dentro de la tradición popular, se solía conservar en la cabecera de la cama el crucifijo del ataúd de los seres queridos.